miércoles, 25 de mayo de 2011

Reportaje


LA CASA DEL DUQUE
El Palacio Ducal de Lerma, situado a 38 kilómetros de la ciudad de Burgos, y actualmente convertido en Parador Nacional de Turismo, está localizado en un edificio que goza de una gran historia y tradición. Este emblemático edificio, conforma el núcleo principal del denominado “Conjunto Palacial” de la Villa de Lerma. Considerada la obra más grande y representativa de la Villa en sus orígenes fue el símbolo del poder político que ejerció, Don Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, Duque de Lerma a comienzos del siglo XVII. El Palacio acogió entre otros personajes ilustres al Rey Felipe III y la corte cuando hacia sus retiros de cacería en la Villa.
Se puede considerar “Conjunto Palacial” al grupo urbano constituido por el Palacio Ducal como centro; la huerta, el parque, los jardines, como la naturaleza urbanizada que lo embellecía; y la Plaza Ducal, regular y privada, donde se celebraban las fiestas religiosas y profanas que servían unas veces de distracción a la corte y otras como un objeto para lograr sus proyectos políticos.
Este Conjunto Palacial, se empezó a construir al mismo tiempo que se hacia el de Valladolid para Felipe III, fue trazado como un conglomerado, y en él se podía diferenciar perfectamente cada uno de sus elementos.

Como eje y núcleo principal estaba el Palacio, rectangular y gobernado por cuatro torreones, característica inequívoca de la época de los Austrias. El arquitecto, Francisco de Mora, supo aprovechar su emplazamiento y la pendiente del terreno.
Otro de los elementos que forman este Conjunto Palacial es la Plaza Mayor. Un espacio libre para espectáculos privados, acondicionado dentro de los límites para que fuera una plaza regular y porticada, de añeja tradición castellana.
El tercer eje de este conjunto eran los jardines que rodeaban todas las construcciones palaciales. Formaban una variada y extensa vegetación levantada artificialmente. Estaban constituidas por zonas de parque, huerta y soto, en los que se podía apreciar una abundante flora, con arboles variados, adornados con inmensos jardines, fuentes, estanques e incluso pequeñas capillas. Toda esta naturaleza perfectamente dibujada estaba pensada hasta el último detalle con todo tipo de elementos decorativos para hacer la estancia del Duque y de los cortesanos lo más agradable posible.
Cuando el Duque de Lerma se traslada a la corte española en Valladolid, enero de 1601, cree necesario realizar obras de mejora en el castillo de su Villa.
Encargó las primeras obras de reforma y mejora a Pedro de Pedrosa en 1601. A mediados de 1602, el Duque decide ampliar una parte del castillo, la Casa Principal, para transformarlo en una mansión habitable. Para esta ampliación eligió al arquitecto Francisco de Mora que se encarga de trazar el diseño del actual Palacio. El Duque de Lerma decidió habilitar para la vivienda, la antigua fortaleza medieval de sus antepasados, que fue arrasada en 1336 bajo el mandato del Rey Alfonso XII. Como era característico en la época de los Austrias, aprovechó el emplazamiento del viejo castillo medieval.
                El Palacio fue levantado entre 1601 y 1617, Francisco de Mora fue quien dirigió los planos hasta su fallecimiento en 1610. Ante esta situación, el valido del Rey decidió entregar los planos a Fray Alberto de la Madre de Dios, que junto a los maestros canteros, Pedro de las Suertes, Juan Valle Rocadilla y otros, dirigieron los trabajos. Las obras dieron como resultado un edificio de líneas austeras  y de gran refinamiento, rodeado por cuatro torres angulares. Pero lo más significativo del Palacio Ducal son sus grandiosas proporciones. Fue mandado edificar por Don Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, quinto Marqués de Denia y primer Duque de Lerma, valido del Rey Felipe III y uno de los políticos más influyentes de su época que intentó convertir Lerma en el centro de mando de España. El Palacio consta de 210 balcones y 135 ventanales, entre buhardillas y rejas. El patio integra un claustro alto y bajo de columnas jónicas y dóricas, estas últimas de una sola pieza de piedra torneada y 15 pies. Su puerta principal se adorna con los escudos de armas de Sandoval y Rojas, labrados en sus festones. Las jambas, dinteles, muros, pedestales y columnas del edificio son de grandes dimensiones: 255 pies por los lados este y oeste, y 170 por los puntos norte y sur. Por sus características, está considerada por muchos expertos como un ejemplo de estilo herreriano comparable a la majestuosa obra de El Escorial. Y es que, el Duque no reparó en gastos, dotándole de todo tipo de lujos y detalles. Otro de los atractivos que integra es que frente a su fachada principal se extiende la grandiosa Plaza Ducal. En su origen estuvo totalmente fortificada y fue escenario de multitudinarias fiestas palaciegas, destinadas al divertimiento de la corte. Contempla una superficie total de 6.862 metros cuadrados y fue considerada como el espacio privado más grande construido hasta entonces. En la actualidad es una de las plazas más amplias de España. 
Plaza de Madrid

Plaza de Salamanca
Plaza de Lerma

Tras el fallecimiento del Duque en 1625 el edificio se cerró. Pero casi un siglo después de su fallecimiento Lerma acogió un gran acontecimiento. El 20 de enero de 1722 contrajeron matrimonio en la Villa el príncipe y heredero al trono Luis I y Luisa de Orleans, nieta de Luis XIV de Francia. Con motivo de este acto se abrieron de nuevo los salones del Palacio dando una espectacular fiesta. A partir de ese momento el edificio pierde poco a poco su esplendor.
Durante la Guerra de la Independencia, Lerma fue aposento de las tropas napoleónicas. En noviembre de 1808, cerca de 2.000 hombres de caballería ocuparon la comarca. El municipio fue invadido y sus monasterios e iglesias fueron usados como cuadras, cocinas o graneros. El Palacio Ducal fue utilizado como cuartel general de las tropas de toda la zona, debido a que la Villa estaba situada junto al camino real entre Francia y Madrid. El Palacio sufrió un gran expolio por parte de los franceses, ya que arrancaron las cubiertas del edificio para calentarse durante el crudo invierno. Con este acto se perdieron los chapiteles, las buhardillas y la cubierta negra de pizarra original. Posteriormente también se utilizó como granero. En la Guerra Civil, el Palacio se habilitó como prisión del bando nacional, más tarde fue la sede del denominado “Frente de Juventudes”. En la época de los 70 una parte del Palacio se utilizó como fábrica textil de paños y alfombras y la parte restante se convirtió en un establecimiento.
Parece que estaba destinado a convertirse en hotel, puesto que durante años de inactividad y deterioro el grupo Oasis, perteneciente a Banesto, lo compró a un comerciante local en 1989, y encargó al arquitecto Pío García Escudero, su transformación en un Hotel de cinco estrellas. El proyecto comprendía un hotel de un centenar de habitaciones, además de salones de grupos, aparcamiento y una piscina exterior. Después de la crisis del banco, aquel proyecto quedó olvidado.
Durante el gobierno socialista de Felipe González, el entonces Presidente de Paradores de Turismo de España, Eduardo Moreno, encarga al Arquitecto José María Pérez (Peridis) la transformación del edificio en un Parador de Turismo.
Al cambiar el partido del Gobierno, tampoco salió adelante la propuesta, ya que, la Sociedad Paradores se quedo sin competencia para hacer un nuevo establecimiento, siendo ésta de Turespaña, Organismo de la Secretaría de Estado de Comercio, Turismo y Pyme.
Ambos proyectos eran muy interesantes y fue realmente instructivo el estudio comparado de los mismos, y al ver como de formas distintas, resolvían las dificultades del edificio para las circulaciones, áreas de servicio, etc. Y sobre todo, los enfoques y soluciones dispares tanto arquitectónicas como hoteleras.
El 6 de marzo de 1997, se firma un importante acuerdo entre la Junta de Castilla y León, la Secretaria de Estado de Comercio, Turismo y Pyme (Presidencia de Turespaña), La Diputación Provincial de Burgos y el Banco Español de Crédito para la construcción de un Parador de Turismo en el Palacio Ducal de Lerma. En la primera estipulación del acuerdo, la Diputación adquiere el edificio por el precio simbólico de una peseta, para su posterior conversión en Parador de Turismo. Es por esto, que se encarga al arquitecto el proyecto del nuevo Parador de Turismo a finales de 1998, entregado el trabajo en junio de 1999 y presentándose al Ayuntamiento y a la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de Burgos para su aprobación. En octubre de ese mismo año, se adjudican las obras de la Empresa Constructora Hispánica por un importe de 916.168.330 pesetas, lo que es igual a 5.506.282,56 euros.

El 15 de noviembre comenzaron las obras que con un plazo de ejecución de 36 meses, que se prolonga debido a las dificultades de la obra. Esto es debido sobre todo por el abolsamiento de la fachada principal que requirió un especial cuidado a la hora de restaurarlo.
El día 10 de abril de 2003, Rodrigo Rato, vicepresidente segundo del Gobierno y Ministro de Economía, inauguró las nuevas instalaciones del Parador de Turismo de Lerma. En el acto también asistió, Juan Vicente Herrera, Presidente de la Junta de Castilla y León, el secretario general de turismo, Germán Porras y la presidenta de Paradores, Ana Isabel Mariño. También estaban presentes autoridades locales y provinciales y un importante número de personas invitadas y de vecinos de Lerma.
Con una inversión de 13.1 millones de euros, Paradores de Turismo afianza su presencia en la Comunidad Castellano Leonesa. Con una recuperación arquitectónica muy importante, devolviendo al Palacio del Duque de Lerma su esplendor original.
Gracias a la restauración como Parador de Turismo se ha conseguido recuperar el esplendor que tenía cuando lo construyó el Duque de Lerma en el siglo XVII, restituyendo los chapiteles característicos, buhardillas y pizarra de las cubiertas. Además va a estar catalogado como uno de los mejores Paradores Nacionales del país, gracias a sus comodidades y sus múltiples servicios.

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